martes, 15 de septiembre de 2020

Capítulo 12






Aunque a Héctor le gusta dominar la situación, pese a su juventud, Benja es mucho más dominante y Héctor disfruta siendo dominado. Fornican como bestias, aunque se tragan sus jadeos saben que en cualquier momento alguien puede entrar y descubrirlos...  Eso es algo que aún hace más excitante el encuentro entre los dos guapos cuñados. Benja se clava en Héctor con una brutal pasión. Los dos se retuercen de placer. Benja explota y mientras se recupera, Héctor no lo deja descansar... Entonces es él quien domina la situación demostrándole que aunque se ha dejado dominar también sabe ser dominante. Es un polvo que esos cuñados que recién unas horas eran unos desconocidos el uno para el otro disfrutan.  En los cuartos, cada uno en su cama, Felipe y Lupita duermen sin sospechar del rico polvo que se está cociendo en la cocina. Después del gozo los dos se miran con cara de niños traviesos. Benja es el primero en subirse el boxers. Héctor se acaricia el pelo. Está algo alterado.
--¿y ahora que vamos a hacer?
Benja se toma las cosas con más calma, una calma propia de sus 20 años en lo que sólo le preocupa pasarlo bien. Héctor desea lo mismo que él pero es consciente que su esposa y el futuro marido de Benja están a pocos metros y que los podían haber descubierto. Benja mira con deseo a Héctor.
--eres el hombre más guapo que he visto en mi vida, no me lo tomes a mal... a mí me encanta verte en bolas pero creo que es mejor que te los pongas --dice agarrando del suelo el boxers.
Héctor se los pone.  Se sienta angustiado.
--esto está mal... ¿lo sabes mal?
Benja le pone las manos en los hombros:
--No creo que haya sido la primera vez que engañas a mi hermana, así que todo queda en familia...
--Las cosas no son tan fáciles... Si nos descubren les haremos mucho daño...
Benja lo mira coqueto. Ese hombre le gusta mucho y no se quería quedar con las ganas y aunque esperaba que con el polvo las cosas se enfriaran en realidad, después de haberlo saboreado, aún le gusta más.
--Nadie va a salir lastimado porque no se van a enterar...
Hector se levanta alterado. Señala la puerta:
--¡¿¿cómo que no?¡¡ ¡nos comportamos como bestias, tu hermana o tu novio pudieron entrar y nos hubieran sorprendido...¡
Benja le sonríe. Héctor se pone nervioso:
--¿¿es que tú no te tomas nada en serio??
Benja le acaricia esos fuertes pectorales que tanto le gustan. Lo besa en los labios.
--Benja... esto no es un juego --jadea Héctor.
Y pese a que desea rechazarlo no puede.
--claro que no es un juego, es el más delicioso de los placeres --dice Benja.
Los cuñados y ahora amantes se besan apasionadamente. Benja es el primero en separarse:
--tú me gustas y no pienso dejarte escapar... Si tienes que engañar a mi hermana con otro hombre para eso me tienes a mí...
Héctor lo mira sofocado:
--¿me estás haciendo chantaje para que me acueste otra vez contigo?
Benja se le ríe. Le acaricia las partes bajas y los dos se ponen aún más cachondos.
--no hace falta...
Los dos se miran seductores. Son puro fuego. Se abrazan y se besan como dos bestias en celo. Hector se aparta, se lleva las manos a la cabeza. Sabe que no puede resistirse a Benja y tiene miedo hasta dónde les puede arrastrar esa pasión:
--¡¡esto no va a acabar bien...¡
Benja le guiña el ojo:
--esto acaba de empezar, no pensemos en acabarlo... Te lo repito... Pudiendo gozar conmigo no voy a permitir que estés con otro... Lo que te pueda dar yo ¿para que buscarlo en otro?
--¡¡pero es que con otro no me arriesgo tanto...¡ --Héctor alterado.
Benja se muestra muy sonriente, muy seguro. Nunca nadie lo ha dejado a medias y Héctor no será el primero. El hermano de Lupita tiene claro que se seguirá acostando con Héctor almenos hasta que le apetezca. Que será él y no Héctor quien marque el punto final en su historia sexual.
--a mi hermana le va a doler igual saber que su marido se acuesta con un hombre, que con su hermano...
--No creo que eso sea así... De todas formas es más arriesgado engañarla en su propia casa que fuera...
Benja usa un tono de voz tranquilo y pausado. No está alterado como Héctor que aunque habla flojito para no despertar a los engañados sí se muestra nervioso.
--Mi hermana ni trabaja ni tiene como mantener esta casa así que no es suya sino tuya --dice Benja burlón.
--Eso no importa... No me puedo acostar con su hermano en la casa en la que vivimos...
Benja lo abraza y le aprieta el culo. Los dos se gustan y tanto Héctor como Benja saben que mientras se siguen viendo no podrán controlar el fuego que les nace de dentro y que los abrasa y que sólo fornicando juntos se apaga aunque enseguida se vuelven a encender.
--tú me gustas mucho y no me he podido controlar... Tienes razón, fuimos imprudentes... Tendremos que buscar un sitio en el que nos acostemos siempre que nos acostemos,...
La idea de ser amante de Benja le atrae pero a Héctor le atormenta que sea el hermano de su esposa
--¡¡no podemos acostarnos juntos siempre que queramos como si fuéramos libres...¡¡
--Me haces gracias, te escandaliza acostarte conmigo pero no con otros... Tú verás, si no encontramos un sitio dónde sacarnos las ganas tú no te podrás controlar al igual que yo y seguiremos arriesgándonos y entonces nos pillarán...
Benja le mira seductor. Le guiña el ojo y luego se gira. Ese chico y más en boxers le vuelve loco. Héctor sabe que Benja tiene razón, que mientras lo siga viendo no podrán controlarse:
--está bien... en mi oficina.... en la noche,., Es discreto... Lupita nunca viene...
Benja se da la vuelta. Se muestra seductor. Se acerca a él. Con ironía dice:
--así que tienes una oficina y ahí es dónde traes a tus amantes... ¡pícaro¡ --dice pellizcándole en el barbilla.
--Eso no te importa --dice Héctor sofocado-- pero sólo será temporal, quiero que en cuanto puedas te cases y te largues de mi casa...
Aunque Benja no piensa irse mientras le dure el calentón por su cuñado dice:
--si claro... ningún problema...
A Benja Héctor le gusta y mucho y no le importa nada más.
--nos vemos en la noche, cuñado...
El cuñado es con un fuerte sarcasmo por parte de Benja. Héctor lo llama. Benja se da la vuelta. Sonríe:
--veo que no quieres que me vaya...
--¿porqué haces esto?
--El qué?
--pues esto... acostarte conmigo...
Benja le sonríe y pícaro le dice:
--¿y a ti que te parece? por lo mismo que tú...
--No, yo oculto que soy gay... Estoy casado con una mujer, es lógico que me desahogue a escondidas... pero tú no te ocultas... te vas a casar con un hombre...
Benja por primera vez se pone serio. Incluso le levanta la mano en señal de advertencia:
--Felipe es muy feliz a mi lado, yo le doy lo que necesita... No te metas en mi vida... No te importa...
y se va molesto. Héctor se ha quedado sorprendido porque el hecho que Benja se haya ofendido con lo que le dijo. Ahora que se ha ido se queda más tranquilo, está nervioso pero tiene una sonrisa en los labios. Benja le gusta en serio. En realidad no recuerda nunca que otro hombre le gustara de la misma manera, con la misma loca intensidad apasionada.  Benja se acerca a la cama donde duerme Felipe. Se saca el boxer y se mete. Lo mira con cariño. Lo quiere pero  nunca sentirá por él lo mismo  que  acaba de sentir con Héctor...

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