martes, 15 de septiembre de 2020

Capítulo 1




En México dos chicos muy guapos y muy jóvenes acaban de hacer el amor. Los dos están muy satisfechos.
--guau --dice uno de ellos, de penetrantes ojos azules.
El más jovencito apoya su pecho sobre él:
--si, ha sido genial. Como siempre...
El de la barba lo mira seductor.
--¿te gusta acostarte conmigo, Benja? --dice el otro, que luce una larga cola, con timidez.
Benja, el de los ojos azules , le dice:
--¿¿estás loco? ¡¡claro que sí... estaría todo el día cogiendo contigo...¡ ¡ya hace más de dos que vivimos juntos, dos años desde que lo hicimos por primera vez...¡ ¿a que viene todo esto, Felipe?
Felipe sonríe:
--¿te acuerdas?
Los dos hablan el uno en brazos del otro. Hablan con una sonrisa recordando los origenes de su aún tierna relación:
--lo recordaré todo la vida...
--tú acabas de llegar a México... --explica Felipe.
--Iba a la aventura, sin hotel pero no contaba con encontrarme en la calle, con tormenta...
Benja mira a su pareja. Los dos se miran enamorados:
--y fue la aventura más loca de mi vida... tú apareciste de golpe y me metiste en tu casa... --dice Benja.
Benja apoya su cabeza en el pecho de Felipe mientras éste le va acariciando la cabeza.
--nunca tuve claro si te acostaste conmigo porque te gusté o para que no te echara de mi casa...
Benja lo mira de nuevo a los ojos, pícaro:
--¿a poco nunca has cogido con alguien que acabas de conocer?
--No mucho pero era sólo sexo y ahora... yo siempre te digo que te amo y tu nunca me lo dices...
--¡¡eso no es cierto...¡ --se queja Benja.
Los dos ahora están desnudos, sentados en la cama. Mirándose.
--si que es cierto, me dices yo también... No que me ames...
Benja lo mira con timidez:
--bueno... es que me da un poco de vergüenza...
Felipe le pone las manos en las mejillas:
--pero es que a mí me gustaría escuchar que me lo dices... almenos una vez en la vida...
Benja nunca lo había dicho y en realidad no le dice muy de corazón por lo que no se atreve a mirarlo a los ojos:
--te quiero --le dice.
Felipe sonríe.
--¿contento? --le dice Benja sofocado.
La confesión no ha tenido el romanticismo que le hubiera gustado a Felipe pero sabiendo que a Benja no le gusta nada hablar de sus sentimientos sabe que ha sido un gran dolor.
--si, de momento...
Felipe habla con una sonrisa.
--No te puedo dar más de lo que ya te he dado --se adelanta Benja por lo que le pueda pedir.
Con una sonrisa Felipe le dice:
--si, sí que puedes... Te puedes casar conmigo...
Felipe sonríe emocionado y divertido. A Benja se le ha quedado la misma cara que imaginó. Está helado. Su rostro se desencaja cuando Felipe le muestra un anillo de oro y de rodillas en esa cama le dice:
--¿quiero usted ser mi esposo, señor Gomez?
La cara de  Felipe es de un enamoramiento total, la de Benja fría. Está congelado por la sorpresa. No esperaba una petición de matrimonio en toda regla. Jamás pensó vivir algo así. Felipe lo sabe y por eso sonríe contento de haber sorprendido a su pareja.

Del otro lado del océano, un impresionante rubio de 30 años luce cuerpazo en el gimnasio. Tras él deja ir muchos suspiros, de mujeres y también de hombres... A él le encanta sentir deseado. Se acaricia esa larga melena que le hace aún más irresistible si cabe. Se mete en la ducha, otro tipo lo sigue muy de cerca. Está deseando lo que va a pasar. El treinteañero se baja el boxer y como una bella criatura del mar su belleza se mezcla con el agua... Se lleva las manos al pecho, a los genitales... El otro, de 20 años, se mete a su lado. No disimula mucho lo mucho que lo desea. No hay nadie más en los vestuarios y eso lo tranquiliza. El de 30 años lo mira de reojo. El jovencito que lo está quemando con la mirada no está nada mal. Le gusta su deseo. El chico es jovencito y tierno, como a él le gusta.
--¿tú que me miras tanto? --le pregunta seductor.
El de 20 años se pone nervioso:
--¿yo?
El otro le guiña el ojo y le hace gestos para que entren al water. Allá fornican como bestias. Salen los dos desnudos. Van hacia sus cosas. Están el uno al lado del otro. No hay nadie más.
--sabe tu mujer que eres gay? --le dice el chico joven,
El otro se pone como loco. Le encanta fornicar con chicos jóvenes pero lo que no soporta es que lo acusen de homosexual.
--¡¡no soy gay¡
--venga, si no pasa nada... ¡lo malo es ocultarlo¡ --dice el chico joven riendo.
El de 30 le agarra del cuello:
--¡¡yo no soy maricón, no soy como tu¡
el otro se le ríe:
--¿y de qué te sirve si te encanta acostarte con los machos?
--yo amo a mi mujer...
Los dos hablan tranquilos porque la puerta está cerrada y están alejados de ella.
--pero no eres macho... ¿porque si no no has tenido un hijo con ella? Si no embarazas pronto a tu mujer pronto todos en el barrio van a murmurar que no sirves como hombre... --dice el joven con ironía.
El otro está furioso. Lo mataría. Se golpea los puños con rabia para no golpear al otro porque tampoco quiere hacer un escándalo. Su cara  muestra angustia pese a que dice:
--Porque no queremos...
--Lupita se muere por ser mamá, a mi me consta que cuando se casó lo hizo para ser mamá en seguida.
--¿¡qué sabes tú de mi? -- le dice agarrándolo de nuevo del cuello.
--tu mujer y yo fuimos juntos a la primario... ¿No te ha contado...? Yo fui el primer en tirármela...
El de 30 lo tira al piso de un empujón:
--¡¡no te pases...¡
--si no pasa nada...  --dice el joven levantándose divertido-- Ella no lo va a negar... fuimos novios durante 3 años, de hecho me dejó por ti... Nunca entendí como una chica de 17 años se fijó en un viejo...
--¿¿que es esto, una venganza...?? --pregunta molesto.
Pese a la cara de odio y rabia del guapísimo treinteañero, el jovencito le pellizca el culo. Es mucho el deseo que siente. Lo mira seductor y dice:
--No... me morí de celos pero no por ella... por ti... te miré el culo y ese paquete... y luego ese acento tuyo... ¡¡me encanta los argentinos¡¡ y me dije... ¡¡me lo tengo que tirar...¡ ¡nunca pensé que se me iba a dar...¡¡ ¡¡que morbazo revolcarme con el marido de la chica  que estrené¡¡
--¡¡vete a la mierda¡
Molesto sale, alterado. Se lleva la mano al pelo. El joven lo sigue excitado:
--no te enojes... ¿no vamos a repetir?
El desconocido lo mira con deseo.
--¡¡que culo¡
Se le cae la baba y tiene un orgasmo solo de pensar que lo ha tenido para él.

Muy alterado del guapo de 30 se reunen en un café con una joven de 20 años. Fuerza una sonrisa.
--perdona, Lupita...
--Hector, mi amor... LLegamos tarde...
Los dos van de prisa.
--pero esto es perder el tiempo... No sé porque me dejé humillar...  Yo no puedo tener ningún problema...
--Mi amor, si yo puedo tener hijos y llevamos dos años y nada...
Lupita no se atreve a decirlo. Molesto Héctor dice:
--¿¿¿que insinuas que no soy macho para embarazarte??
Lupita lo trata de calmar.  Espera por el bien de su matrimonio que no sea así, está seguro que Héctor no soportará ser esteril. Al hombre le atormenta pensar que no puede tener hijos por ser gay y que todos se van a reir de él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario